"Estoy entusiasmado pero no sé demasiado", dijo ayer el futbolista.
Todo cambia. Y el que no llegaba, ahora llega. Por eso River ahora va por Andrés D'Alessandro, quien llegaría a préstamo por seis meses a cambio de 1 millón de dólares. Todo porque San Lorenzo no acordó la compra del pase del volante y así dejó abierta la chance para que River hiciera un tiro más.
La historia empezó a cambiar en la tarde porteña y cuando la noche ya empezaba a cerrarse en España. El grupo inversor que viajó junto al presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, no lograba convencer a la gente del Zaragoza con su oferta y la posibilidad del pase se truncaba. Gustavo Ranucci, líder del grupo inversor, se comunicó con el empresario Marcelo Tinelli, en Nueva York, y logró que Tinelli aumentara la oferta. No alcanzó. Y la gente de Zaragoza dio por cerrada la negociación.
Ranucci declaró en radio La Red: "Está más complicado que cuando llegamos pero no damos por muerta la negociación". Pero el empresario Gustavo Mascardi, representante de D'Alessandro, fue contundente: "Con San Lorenzo ya no habrá más charlas. Yo lo doy por cerrado y acá en Zaragoza están igual. Ahora estamos abiertos a cualquier negociación", y ahí dejó claro que River empezaba a meter las narices...
Enterado de que la operación con San Lorenzo se había caído, D'Alessandro se bajoneó. Pero Mascardi le dejó abierta la chance de volver a River. Clarín habló con el jugador, quien dijo: "Estoy entusiasmado pero no sé demasiado". Es más, anoche el volante charló con Simeone, que lo alentó a que hiciera lo posible para ser liberado y regresar a River.
En la intimidad de la negociación entre San Lorenzo y Zaragoza cuentan que los enviados del club de Boedo durmieron. Que solicitaron 48 horas para hacer otra propuesta pero que los españoles les respondieron con un "no" rotundo al enterarse que tenían pasajes para ir a Lisboa para negociar la compra de Gonzalo Bergessio."Si tienen que irse a otro lado, que se vayan. Acá terminaron", fue la frase de un dirigente español de esos que dicen qué se hace y qué no...
Más. Enterado de todo esto, Tinelli y compañía pusieron el grito en el cielo contra River. Hicieron mil y una especulaciones y terminaron sospechando que todo se caía porque River se había metido. El presidente de River José María Aguilar fue al cruce de las versiones: "Nosotros nos interesamos por D'Alesandro apenas llegó Simeone. Averiguamos y desistimos. Si ahora algo cambió, veremos. Pero nada tengo que ver en el "no" de Zaragoza a San Lorenzo. No tengo tanto poder como para convencer a dirigentes españoles que no le vendan un jugador a un club argentino. Las sospechas con nosotros las tomo como una susceptibilidad a todo lo que tenga que ver con River. Yo perdí miles de negociaciones y de acá no partió ni una lágrima". ¿A qué negociaciones se refirió Aguilar en su contacto con Clarín. A la salida del club de Daniel Montenegro a Independiente, a la llegada de Cáceres a Boca, y, obvio, a la de diciembre pasado en la que Ramón Díaz le aseguró que iba a ser el DT de River y después cambió de opinión.
San Lorenzo tenía hasta el contrato de D'Alessandro cerrado de palabra. Pero eso no alcanzó. Los dirigentes se fueron de apuro a Lisboa y dejaron todo en la nada. Ahí River ganó lugar. ¿Por qué no va a préstamo a San Lorenzo? Porque el grupo inversor quiere comprar al jugador para después venderlo y recuperar la inversión. El préstamo es una jugada para ganar un torneo, no dinero...
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Se enfriaron las chances de Leto
Mientras de repente avanzaron las negociaciones por Andrés D'Alessandro, en River se corrieron a un costado en el tema de Sebastián Leto. El representante del jugador, Pablo Cosentino, le pidió "un par de días" al presidente José María Aguilar para seguir la negociación. Aguilar se los dio pero apareció el tema de D'Alessandro y entonces parece que lo de Leto se enfrió bastante.
En tanto, Juan Berros, representante de Cristian Nasuti, ayer pasó por River y la oferta del Basel de Suiza está al caer.
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Un valioso logro del Cholo: el debate volvió a vivir
Dás de una vez, desde esta columna, escribimos sobre una de las palpables privaciones del fútbol argentino: no se debate sobre el juego propiamente dicho. Las gargantas se gastan en cuestiones superfluas, triviales, nimias, tediosas. En otra infinidad de ocasiones, la pelota queda sepultada por una materia irresuelta: la violencia en los estadios, que también se lleva (y se llevará) miles de palabras tan repetidas como vacías. Sea como fuere, el fútbol, en su condición de deporte incomparable (la dinámica de lo impensado, como lo definió antológicamente el maestro Dante Panzeri), suele quedar a un costado de las discusiones frente a tantos asuntos que parecen tener -lamentablemente- un rating superior.
Por eso, se saluda sin retaceos la postura de Diego Simeone en estos días de configuración de su River. Al margen de la polvareda que armó el audaz y desequilibrado 3-3-3-1 (con derrota ante Boca incluida), la determinación del Cholo abrió, después de mucho tiempo, el debate que se distinguía por su ausencia. Más o menos se puede plantear así la controversia: ¿qué está primero, el futbolista o la táctica? Y si bien la respuesta parece obvia -el martes, por ejemplo, Alexis Sánchez destrozó la táctica de Ramón Díaz-, la discusión está armada y promete ocupar gran parte de la temporada. Más aún tras esa victoria de River contra San Lorenzo, en Mar del Plata, cimentada en otro dibujo: 4-2-3-1. ¿Cuál sirve? ¿Cuál es mejor? ¿Cuál otorga mayores garantías? ¿A cuál va a priorizar Simeone? Porque, conociéndolo al Cholo desde su época de jugador, y observando las cuerdas que toca desde que se viste de entrenador, está claro -él mismo lo anuncia- que no se volcará a un esquema único, inmodificable, definitivo, sino que se adaptará a las circunstancias, a los partidos y a los adversarios. Lo dicho: el contrapunto continuará.
No parece sensato que Ferrari -el hombre más rendidor de River en los dos últimos años- y que Falcao se queden afuera del supuesto equipo titular. ¿Y si ahora viene D'Alessandro, otra debilidad del técnico, en dónde encajará? Porque es seguro que Andrés tendrá un lugar. Así, habrá otro de los que partieron como fijas que será relegado. Sin embargo, Simeone tiene sus argumentos y los expone; decide. Y el debate vuelve a vivir.
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Por Clarin.com.ar
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