Muy criticado por la gambeta a Turdó, Carrizo respondió en Lima. Fue uno de los pocos que zafaron.
Era, sin dudas, uno de los hombres que más ojos imantaría en la tarde de Lima. Aleccionado por Diego Simeone luego de haber gambeteado a Turdó en el 2-0 a Gimnasia (J) y de haberse peleado verbalmente con algunos plateístas en Núñez, Juan Pablo Carrizo había pedido que se lo juzgara por lo hecho en la cancha, y punto. Más sereno, más directo para resolver las jugadas con los pies (pum para arriba), el arquero de River aprobó el examen pese al 0-2. Tapó un remate abajo que luego dio en un palo, el mano a mano que generó Tuzzio al tocarla hacia atrás (disparo de García), y hasta lo pecheó al mismo García en la única que se lo vio sacado. Adelantado, Díaz casi lo embocó desde lejos, y descuidó el primer palo en el 2-0. Al menos, sí, el uno zafó del incendio.
Por Ole.com.ar
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