Los jugadores sostienen que no hay que cambiar el ofensivo sistema de Simeone para afrontar la Libertadores. Y así será en el debut...
Cómo hay que jugar la Libertadores? ¿Se puede ganar con un planteo ofensivo o conviene formar un equipo sólido y peleador? El debate es tan antiguo como la Copa, sobre todo para River, que apenas ganó este título dos veces en 28 participaciones. Nadie consiguió la fórmula del éxito. Pasaron décadas, prestigiosos técnicos y muchos cracks, pero el torneo continental siempre fue algo así como el amor imposible para el club. Los reiterados fracasos generaron la hipótesis de que el tradicional estilo de juego de River no era el adecuado para esta aguerrida competencia, pero las variantes no cambiaron la historia. Es más, la apuesta que hizo Passarella el año pasado, con el 4-4-2 tuvo un desenlace nefasto. Por eso, los jugadores ahora bancan la propuesta de Simeone y quieren aplicar en la Copa el mismo estilo agresivo que en el Clausura. "Tenemos que seguir jugando de esta manera porque contamos con los jugadores para hacerlo. En la Libertadores también se puede ser ofensivo", coinciden en el plantel.
Se insiste con la última y traumática experiencia porque es la más reciente. El Kaiser dejó ir a Gallardo para armar un sistema más defensivo y físico. Creyó que con dos líneas de cuatro con Ahumada y Ponzio en el medio más la explosión de Belluschi, Augusto Fernández y Rosales podría lograr un equipo copero, firme atrás y letal de contra, con un estilo similar al River del Bambino Veira que terminó con el gran karma. Pero falló. Y varios quedaron marcados. "Jugando como lo venimos haciendo nos va a ir bien. Vale la pena arriesgar porque tenemos más para ganar que para perder", asegura Ferrari, un lateral de mentalidad ofensiva.
Por ahora Simeone no transmitió certezas sobre la formación, aunque tiene la convicción de mantener el planteo y los cambios que realizó el domingo son un indicio: cuidó a Alexis, Ortega y Rosales cuando el partido estaba definido. Es obvio que va a debutar Abreu y Ponzio ingresará por Ahumada (debe cumplir una fecha de suspensión). Así, piensa en poner muchos hombres en ataque. "Nos sentimos cómodos. Llegando con mucha gente al área tenemos más chances de crear situaciones de gol", dice Falcao, a pesar de que el domingo no contó con ninguna situación clara para definir. "Si manejamos la pelota con paciencia sabemos que en algún momento el gol va a llegar, porque hay varios jugadores que pueden desequilibrar", explica Rosales. Y hasta Ahumada, tal vez el que más sufre este 4-2-3-1, opina que en la Copa "hay que jugar de la misma manera".
La apuesta en tan seductora como peligrosa. Pero para cambiar hay tiempo. Mientras tanto, nadie quiere abandonar este vertiginoso camino, ni siquiera frente al histórico mito de la Libertadores.
Por Ole.com.ar
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