Si un equipo se arma de atrás para adelante, Simeone tiene mucho trabajo: Cabral y Tuzzio tuvieron una tarde tremenda y perdieron siempre con los puntas rivales.
Difícil ir a la Universidad y pasarla bien si no leíste los libros indicados. Y eso le pasó a los dos centrales de River: no repasaron el manual del buen defensor y entre Cabral y Tuzzio dieron un paupérrimo examen por lo que, como era de suponer, terminaron reprobando la prueba futbolística. Y si todo equipo se arma de atrás para adelante...
De entrada nomás se vio que la dupla iba a tener una tardecita de aquellas: apenas iban tres minutos cuando Cabral dudó tras un pelotazo de García y Ovelar no pudo conectarla. Pero el fútbol siempre da revancha... a Ovelar. Otro centro frontal a los 14 minutos, en este caso el que perdió al punta peruano fue Tuzzio, y ahora sí a cobrar. El tema es que al recurrente problema de perder la ubicación en cada pelotazo cruzado (marca registrada del River modelo 2006/08, sea quien fuera su técnico y sus jugadores), esta vez los centrales le agregaron lentitud a sus movimientos y nula decisión para anticipar la jugada e imponerse con autoridad en el uno a uno. El planteo táctico de Simeone exige que la combinación anticipo-cierre veloz-retroceso eficaz funcione con mucho menos margen de error que el que ayer desnundaron los centrales.
Sin esa cobertura, Carrizo siempre quedó a merced de la buenaventura. Como a los 34 minutos, cuando arquero se tuvo que jugar la vida frente a Pedro García porque Tuzzio se la dejó cortita. O como a los ocho del segundo tiempo, cuando Ponzio se vistió de salvador y cerró justo antes de la debacle tras un error doble de Cabral que perdió la bocha y Tuzzio, que falló en la cobertura.
¿Qué hará Simeone ante esta malaria? Nombres tiene, aunque ninguno es garantía para este River. En el plantel hay nueve marcadores centrales pero nadie brinda confianza suficiente. Salvo Nico Sánchez, aún en recuperación, el resto está disponible: Nasuti, Gerlo, el recién llegado Merlo y los pibes Musacchio, Oliva y Martínez. Pero el DT mira la góndola y por más vistoso que sea el envase, el contenido aún no convence. Eso sí, deberá ajustar además el mediocampo para que los rivales no lleguen tan libres. Tardes como las de ayer no se pueden repetir. Ni Tuzzio, ni Cabral. Ni River.
Por Ole.com.ar
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