El oriundo de Totoras, titular al lado de Ponzio, asume que no sabía nada del rival de hoy. Aunque la sombra del Caracas ya les enseñó a no confiarse: "El nombre, la historia y los hinchas no juegan", dice.
En el aeropuerto me puse a hablar con un peruano y le pregunté cosas de Universidad de San Martín. Porque, la verdad, no sabía nada de este equipo. Yo no lo conocía".
A Nicolás Domingo le pasa lo mismo que a la mayoría de sus compañeros: tiene referencias mínimas del rival de esta tarde, y son sólo las futbolísticas que les aportó Simeone (con el informe que trajo el Guly desde Uruguay) en la charla del lunes por la tarde, cuando el DT ensayó el equipo para el debut copero. Por eso, el volante central que hoy jugará al lado de Ponzio en la mitad de la cancha abre grandes los ojos y se sorprende cuando escucha que San Martín junta apenas 50 hinchas por partido y que a los alumnos de la Universidad los incentivan con facilidades en sus exámenes para que llenen las tribunas. Nico no puede evitar la sonrisa: "Es raro jugar contra un equipo así, con pocos hinchas. Más en un torneo como la Copa Libertadores, donde están los clubes más importantes de América. Es curioso porque en la Argentina no hay casos así, al menos en las categorías más importantes".
El plantel de River es cerrado, literalmente. No hay muchos jugadores que sientan inquietud por lo que pasa en los equipos rivales. Sí están expectantes de las cuestiones futbolísticas, pero son reacios a leer notas o historias de los adversarios. En los viajes, además, tratan de mantener sellada la intimidad, como intenta imponerles el Cholo. No les preocupa demasiado si irán al estadio 40.000 personas o 50. "Estamos acostumbrados a jugar con mucho público, pero si hay poco no pasa nada. Incluso es mejor, porque no nos sentiremos tan visitantes. Igual, seguro que va a ir gente de otros clubes también, pero nosotros debemos preocuparnos más por el juego, por empezar bien esta Copa que es tan importante para nosotros", se sincera Domingo.
Al volante central de 22 años le brillan los ojos. Está feliz porque no imaginaba debutar oficialmente con Simeone justo en el primer partido de la Copa. En el verano jugó dos partidos desde el inicio (Independiente y Racing) y sabe que está un escalón debajo de Ahumada y Ponzio en el puesto. "Oscar y Leo tienen mucha experiencia en esta posición, son dos grandes jugadores. Pero lo bueno es que podemos jugar juntos. Y en este sistema a veces el técnico necesita usar un doble 5. Hay que estar siempre bien preparado y entender que uno puede estar tanto afuera como adentro de los 11. Esto es un equipo", dice Nico, quien no olvida el reciente consejo del Cholo cuando le tocó quedarse afuera del banco en el último superclásico. "Le pedí que siquiera trabajando con esas ganas y le recordé que a mí me pasó algo parecido cuando tenía a Verón, Stankovic y Almeyda para jugar en el mismo puesto que yo y me pude ganar un lugar", contó el DT hace unos días.
Y el pibe de Totoras recibió un premio a su constancia, una de sus mayores virtudes. "Estoy recontento con esta chance. Además, es una función que conozco y me gusta. La hice mucho en Inferiores con Lima y en Primera algunas veces con Fernando (Belluschi), aunque ahora tengo que moverme más hacia los costados para cubrir las espaldas de los que juegan por afuera (hoy Augusto y Alexis)".
Domingo no quiere disgustos. Por eso advierte que "no hay que confiarse" con este tipo de rivales de poca talla. "El nombre, la historia y la cantidad de hinchas no influyen en el resultado: el año pasado perdimos con el Caracas. En la Copa hay que jugar todos los partidos como finales", asegura. Y así lo vive el plantel, aunque en las tribunas haya clima de torneo intercolegial...
Por Ole.com.ar
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