El equipo de Simeone no tuvo lucimiento. Un soberbio tiro libre de Abelairas le dio el desahogo y un cabezazo de Ferrari selló la victoria. Gimnasia fue un rival sin audacia.
Parecía que el flamante River de Diego Simeone tenía la oportunidad propicia para desarrollar los detalles del nuevo proyecto futbolero. Podía sospecharse que Gimnasia de Jujuy llegaría al Monumental con la idea conservadora de aguantar en su campo y apostar al milagro de algún contraataque afortunado. El tema principal de los locales sería entonces buscar (y encontrar) las fórmulas para perforar el eventual vallado defensivo. Una cuestión de paciencia podría decirse.
Y fue ésa, nomás, la propuesta de los visitantes: se plantaron con dos líneas de cuatro bien cerradas y sólo dejaron a Pieters en tres cuartos y a Turdó como único punta. La única consigna evidente fue defender. Simeone, fiel a su determinación pergeñada en las pruebas de enero, insistió con su propuesta numérica de anunciar un solo punta (esta vez Falcao por ausencia de Abreu) y tres volantes-ofensivos-delanteros detrás (Rosales por la derecha, Ortega como central y Alexis Sánchez por izquierda). Claro, ya se había convencido de que no era razonable dejar fuera del equipo a Paulo Ferrari, un lateral de potencia (como era su intención inicial) y también de que era mejor formar una línea defensiva con cuatro integrantes, tal la tradición de River.
Al cabo, se dio lo que se preveía. River buscó y los jujeños esperaron. River ganó y el resultado no se puede discutir. Sin embargo, las circunstancias del juego fueron diferentes a la sospechada. El equipo local tuvo la posesión de la pelota en el noventa por ciento de los minutos del primer tiempo. Sin embargo, sólo se computó un remate frontal al arco rival. Fue a los 39 minutos. Alexis Sánchez tiró desde afuera del área y el arquero Valdiviezo embolsó la pelota. Lo demás se pareció a un despliegue de fuegos artificiales futboleros.
Había pulcritud en las entregas horizontales, pero nadie encontraba el camino para la maniobra punzante. Ortega parecía recortado en su función y hasta impreciso en las cesiones. Rosales, retrasado, no aportaba los desbordes necesarios. Alexis Sánchez, entreteniendo con sus hábiles y festejadas gambetas, terminaba también encarando para adentro hasta que perdía la pelota. Había entonces voluntad ofensiva, pero no se cristalizaba en jugadas coherentes. Y la centralización favorecía el despeje de la nutrida defensa visitante.
Tan repetida e inocua era la intención de River que el equipo de Carlos Ramacciotti se animó a salir un par de veces de la mano del zurdo Matías Miramontes. Y, curiosamente, tuvo una chance neta cuando tras un corner de Miramontes, cabeceó Desvaux, desviado. Una jugada similar (tiro libre de Miramontes, cabezazo de Desvaux, pique y travesaño) inició la segunda estapa. Y, enseguida, tras un error del árbitro Juan Pablo Pompei, River pudo abrir el partido. El impetuoso Sánchez, tras un lujoso sombrero en la entrada del área, cayó (se tiró) sin que nadie lo tocara. El referí marcó un tiro libre y Abelairas (de buen segundo tiempo) clavó un soberbio zurdazo hacia el palo del arquero. Uno a cero. Y alivio en el Monumental.
Con la diferencia en contra Gimnasia abrió los espacios. Entró Carranza para aportar mejor juego, pero salió Miramontes, el mejor. Un corner de Ortega, desde la izquierda, fue conectado limpiamente de cabeza por Ferrari en una rápida aparición y el resultado quedó sellado. Buonanotte entró por Sánchez y el equipo ganó en dinámica. Después, Augusto Fernández reemplazó a Rosales. Y Archubi a Ortega. Hubo un par de chances por lado. Pero el partido se fue diluyendo en su intrascendencia.
Ganó River. Sin discusión. Pero la propuesta ofensiva fue confusa. Como si el sistema hubiera ahogado a las individualidades.
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De punta en el Monumental
Un feliz cumpleaños
Radamel Falcao García pudo festejar su cumpleaños número 22 con un triunfo. Después del partido, sus compañeros le cantaron el feliz cumpleaños en el vestuario y compartieron una torta. El colombiano continuó los festejos con su familia y con su reciente esposa, con la que se casó en diciembre.
Con otra cara
El campo de juego del estadio Monumental estrenó ayer el resembrado del césped. Después de las críticas de Daniel Passarella por los recitales que dañaron el suelo el año pasado, esta vez lució como se debe. Todavía no está totalmente firme y además se veía saltar arena cuando los jugadores iban a trabar.
¿Alexis, un año más?
La dirigencia de River inició contactos con sus pares de Udinese de Italia para tratar de extender el préstamo de Alexis Sánchez. La idea sería prolongarlo por un año más, ya que la otra opción es mucho más difícil de que se concrete: habría que comprar el pase del delantero, que está tasado en 20 millones de euros.
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Por Clarin.com.ar
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