Los jugadores no entienden a Passarella, quien continúa variando de sistema y de protagonistas. Ayer arrancó con un dibujo táctico que después modificó dos veces.
Cambiar lo que acaba de cambiar le puede servir para no cambiar lo que ya estaba cambiado antes del cambio. O, de lo contrario, cambiar es una buena manera para seguir cambiando cuando el cambio previo ya no tenga sentido.
Nos perdimos, ¿no? Bueno, algo parecido le pasa a este River que hizo del cambio su (des)identidad. Daniel Passarella lleva a cabo en estas fechas la política de la modificación permanente: no hay sistema de juego que le resista más de un tiempo ni idea inicial que no sea tocada. Los jugadores son probados por acá, utilizados por allá y, después, mandados al ataque, como sea.
El plan que vislumbran los movimientos del técnico constituye justamente la ausencia de un plan. Los cambios son motivo del fastidio que los protagonistas han expresado, dentro y fuera de la cancha, sobre esta conducción. Es que las modificaciones no sólo ayudaron a la confusión táctica: muchas veces funcionaron para darles oportunidades a jugadores que estaban marginados y para convertir en nuevos marginados a quienes eran imprescindibles. Ortega no es el mejor caso para ilustrar el tema, pero los Gerlo, los Ruben, los Rosales y, en otros tiempos, los Domínguez dieron cuenta de esta misma operatoria que hoy está quebrando la relación con el técnico.
El último año fue difícil definir a qué juega River. Lo mismo se viene dando en estas tres fechas: con San Lorenzo empezó con un 4-4-2 y se recuperó con un 4-3-1-2; este mismo dibujo le sirvió para arrancar frente a Gimnasia de Jujuy, claro que luego dio un volantazo por un 3-4-1-2; y ayer volvió a utilizar el ensayo y el error con un 4-3-1-2 que pasó a 4-4-2 y que derivó en un 2-5-3. Números que hablan del desconcierto de Ferrari, de Alexis Sánchez, del Roly Zárate. De los que se marean al ritmo de Passarella.
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Los más mareados
Ferrari va por las dos puntas
Jugó el jueves de tres. El DT dijo que rindió, pero ayer lo puso de cuatro y luego de ocho.
Belluschi va por toda la cancha
Arrancó de ocho con San Lorenzo, fue de doble cinco y en San Juan pasó a la izquierda.
Augusto ya es un polifuncional
La pretemporada la jugó como doble cinco, pero apenas comenzó el torneo fue por afuera.
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Por Ole.com.ar
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