Estuve y salimos campeones... ¿queres que vuelva?

Preparen, apunten...agua

River probó 20 veces al arco, pero un poco por su falta de puntería y otro poco por Monasterio se fue zapatero.
Alexis Sánchez retrocede 40 metros, se tira a los pies, la recupera y mete el bochazo. Es el mundo del revés. Pero como River ya juega con tres delanteros, el que busca la pelota es Falcao. Llega justito, exigido sobre la izquierda y la mete. El Roly Zárate usa la cadera para desacomodar a Brusco y también a Monasterio. El arco de San Martín, por primera vez en la tarde, queda desprotegido y la bocha, picando en la puerta del área grande. Augusto Fernández viene a mil, de frente, solito y solo. Es gol, es gol. Se prepara, apunta y... ¡agua! El derechazo sale mordido, dos metros afuera. "Si no entró ésa, no entra ninguna", dicen y vuelven a tomar aire en la platea local. Y aunque unos minutos después Ponzio iba a probar dos veces más al arco, tienen razón: River se va en cero. En juego, sí. Y también en definición, ya que contó con 20 situaciones de gol y no pudo convertir ninguna...
Los nombres son lo de menos. Es errado centralizar en uno o dos jugadores la responsabilidad de no haber sabido lastimar. Y aunque la primera mirada recae sobre los delanteros, la realidad marca que tanto Rosales como Falcao (los que salieron como titulares) no estuvieron entre los que más probaron al arco. En ese podio se ubicaron Ponzio, con seis intentos, y Belluschi, con cuatro. Pero cantidad no fue sinónimo de calidad. Principalmente en el caso del ayer volante derecho, ya que sólo dos de sus tiros terminaron en las manos de Monasterio. ¿Los otros cuatro? Afuera, lejos de los tres palos.
Además de las fallas al definir, los pozos que tenía la cancha, los errores conceptuales para buscar el arco cuando la jugada pedía un pase y cierta dosis de mala suerte, hay que decir que también mucho tuvo que ver la actuación de Monasterio en la historia. Por caso, en una de las más claras que tuvo River, le sacó un zurdazo al ángulo a Belluschi. Y también le puso las manos, las piernas y el pecho, a distintas llegadas de Rosales, Falcao, Ferrari y Augusto Fernández.
Lo más curioso es que con ocho tiros al arco a Gimnasia de Jujuy le convirtió dos goles; con 12 remates a San Lorenzo le hizo uno y ayer, con 20 situaciones, se fue en silencio. Paradojas de este River en el que menos parece más.
SAN JUAN (E. ESPECIAL).
Por Ole.com.ar

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